Seguimos en Xingiang, China, y desde...
Seguimos en Xingiang, China, y desde Kashgar nos dirigimos a un lugar impresionante, cerca de Pakistán, en las estribaciones del Karakorum, vamos al encuentro del Muztag Ata, un pico de 7546 metros de altitud. Pasamos un par de días casi a su sombra, en el precioso lago Karakul, alojados en un pequeño campamento de yurtas habilitado para los escasos excursionistas que hasta allí llegan -aunque se estaba construyendo un horrible hotel de hormigón y cemento armado al otro lado de la carretera...Puf, el "progreso"-.
El campamento cuenta también con una tienda-restaurant, donde se puede desayunar, comer y cenar, por muy poco dinero... Eso sí, al más puro estilo chino han. Lo peor es que detrás habían excavado unas letrinas, plantado una caseta encima y... Pfff... Digamos que era bastante desagradable. Pero escatologías aparte....
El lugar es una belleza, el lago te muestra diferentes tonos en función de la hora del día, llegando a un azul turquesa precioso... En los alrededores, a una hora de marcha o poco más (las marchas aquí son lentas, estamos a más de 3.500 metros en este campamento de yurtas, no se puede forzar la máquina...), encontramos rebaños de yaks, aves, y las grandiosas montañas, todas ellas con enormes glaciares (en retroceso, se aprecia claramente)... Donde las únicas construcciones hechas por el hombre son de adobe, y mucho más esmeradas para las tumbas, que para las casas donde viven. De hecho, los cementerios presentan una arquitectura con bóvedas, vallas elaboradas... Todo en adobe y en miniatura, pero realmente bonito. Los habitantes, iugures en su mayoría, son gente afable y que se sorprenden de nuestra presencia, o por lo menos la agradecen ya que no son tierras de multitudes, precisamente. Se mueven en moto, entre unos pueblos y otros, y en los campos que trabajan con sus manos (no hay maquinaria).
Y las montañas siempre de testigo, imponentes, nos recuerdan lo pequeños que somos, lo preciosa que es la Tierra y lo mal que la cuidamos...


