Símbolo de Menorca
Cuando vayamos a visitar la naveta Des Tudons debemos hacerlo con precaución, no por otra cosa, sino porque el acceso se realiza desde la carretera dorsal que comunica un extremo de la isla con el otro, y es una pequeña salida que nos mete de lleno en el campo menorquín. Tras dejar el coche en un aparcamiento de tierra y pagar religiosamente la entrada ( el monumento se encuentra en una propiedad privada), caminamos por un camino agrícola que nos lleva hasta el pequeño recinto que conforma la naveta.
Es tan antigua, tan anciana, que la han datado en casi 1.400 años antes de Cristo, aunque afortunadamente su estado de conservación es casi perfecto. Ya no se puede visitar su interior, por miedo a que pueda ceder la cubierta de piedra y se derrumbe. No creo que nadie quiera acompañar a los más de 100 espíritus de los miembros del clan que fueron enterrados en su interior durante 500 años.
Hay que tener en cuenta, que esta construcción en forma de barco invertido sólo se encuentra en Menorca, por lo que visitarla es casi un acto devocional.
Ver como construyeron la naveta, con grandes piedras y sin ningún tipo de cemento o argamasa, tal y como fueron hechas las pirámides de Egipto, es asombroso y al mismo tiempo da que pensar.
Una visita ineludible para aprender más sobre nuestra historia.
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