Necrópolis romana

Necrópolis con enterramientos de los siglos I a. C. Al II d. C., excavada por Jorge Bonsor en 1868. Casi todos los casos son de urnas cinerarias.

Los más modestos son apenas huecos en el suelo rocoso donde se colocaba la urna con las cenizas y se tapaba son sillares o ladrillos. El lugar se marcaba con una estela.

Abundan también los mausoleos familiares, donde los huecos se convierten en cámaras subterráneas con estantes para las urnas, un banco en la parte inferior de la cámara para las ofrendas y pozo con escalera de acceso.

La élite local romana se construyó grandes mausoleos que dedicaban a divinidades egipcias. Entre ellos destacan el Mausoleo Circular, la Tumba de Postumio y la Tumba de Servilia.

Gracias a la iniciativa de Juan Fernández López y del arqueólogo inglés Jorge Bonsor podemos, hoy en día, disfrutar de este enclave que fue descubierto por casualidad en la segunda mitad del siglo XIX.

El yacimiento se ha datado del siglo I antes de Cristo hasta el siglo II de nuestra era y está considerado como uno de los conjuntos funerarios romanos mejor conservados, siendo de gran interés para el conocimiento de las costumbres funerarias y de la vida cotidiana de la Hispania romana.

En el Museo Arqueológico se expone una parte importante de la colección procedente de las excavaciones..