Pequeño hotel boutique confortable y bien situado cerca de Kensington Gardens
Buscar hotel en Londres muchas veces se hace cuesta arriba debido a los elevados precios. Cuando hemos viajado este mes de septiembre de 2015 teníamos previsto alojarnos en otro establecimiento pero finalmente, debido a la opinión de una amiga, cambiamos pocos días antes. Septiembre es un mes caro en Londres (más de lo habitual), así que tampoco se puede decir que el New Linden fuera una ganga aunque estaba ajustado en proporción a lo que ofrecía.
Nuestra habitación era cuádruple, porque era la que quedaba al reservar, así que era bastante amplia (dentro de lo que cabe). Tenía una cama de matrimonio en un rincón y dos camitas más centradas en la habitación y separadas de la primera. La tele se colocaba detrás de la puerta y también tenía una zona de escritorio y un armario no muy grande pero suficiente y dos butacas.