En la parte alta de Nikko, al otro lado...
En la parte alta de Nikko, al otro lado del Lago Chuzenji, se pueden visitar las cascadas Kegon que resulta que se formaron cuando el río Daiya fue desvíado debido a una erupción de lava. Tenemos como doce pequeñas cascadas alrededor de la más grande que mide casi 100 metros de alto.
Lo cierto es que son famosas no porque sean bonitas, que lo son, sino porque se han dado muchos casos de suicidios especialmente de gente joven.
Aunque esto es Japón y ya casi nada me sorprende, yo sí que no me esperaba el ascensor que tienen allí montado y por el que puedes bajar hasta ver las cascadas desde un mirador en un lugar privilegiado. Es clásica la foto desde allí, como también es bastante normal toparse con monos que viven por la zona y que hace tiempo que dejaron de huir de las personas. Es más, ahora son las personas las que tienen que huir de ellos porque como vean que llevas comida van a ir a quitártela.
El dueño de una de las cafeterías cercanas donde paré un rato a descansar me estuvo contando que los monos son muy apreciados por los turistas porque llaman la atención, pero que a ellos no les hacen ninguna gracia porque de vez en cuando entran en los establecimientos y se llevan lo primero que encuentran. Me contó que antes sólo lo hacían en verano cuando las puertas estaban siempre abiertas, pero que ahora han aprendido a abrirlas y que incluso uno vigila mientras los demás entran, poniéndose a gritar como un descosido cuando se acerca alguien.
Curiosos los monitos, si señor... Y bonito lugar el de las cascadas Kegon.
La zona también es famosa por su artesanía especial de madera de cerezo que no es que sea barata precisamente, pero sí de gran belleza.