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Mucha gente llega a Varanasi –o B...
Mucha gente llega a Varanasi –o Benarés- creyendo que todo en la ciudad hindú pasa por sus ghats sobre el Ganges, o ‘Ganga’. En parte tiene razón: El río sagrado y todo lo que sucede en su ribera ejerce un poder arrollador. Pero Varanasi tiene mucho más para descubrir. Esta ciudad de la que no se sabe con certeza su edad, tiene un Old Bazaar atrapante, vital, que parece funcionar las 24 horas los 365 días del año.
Entre enormes vacas sagradas, mucha suciedad, cabritos, rickshaws, motocicletas y una multitud que no cesa, perderte por sus callejuelas es una aventura inolvidable. Las tiendecitas venden todo lo que te puedas imaginar, y mucho más, porque hay mil cosas extrañísimas que nunca sabrás para qué son. Los dueños de los oscuros y diminutos sucuchos se dedican a los oficios más variados. Queseros, pasteleros, fabricantes de harina y de conservas, lecheros que preparan allí mismo ‘curd’ o yogourt, libreros, zapateros, puestos de venta de tés, de telas increíbles, objetos religiosos, joyas, especias... Como en toda India, comprar en el Old Bazaar es una experiencia religiosa. No te olvides nunca que aquí el regateo es un arte, o casi, casi, una ciencia.
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