Olivenza

Tengo el propósito de conocer Extremadura como conozco Asturias y cada vez que venimos intentamos visitar un sitio que no conozco.Tengo a la mejor anfitriona :-)

Siempre he considerado a Extremadura como esa gran desconocida. Tiene una amplia diversidad de sitios por ver que van desde la arquitectura, el paisaje a la gastronomía.

Esta vez ha tocado la fronteriza ciudad de Olivenza, portuguesa hasta 1801 y que se nota sin duda en su arquitectura y seguramente en muchas más cosas como gastronomía y costumbres.

De momento he notado que son muy educados que es un característica muy del pueblo portugués y bastante perdida por desgracia entre los españoles. He de reconocer cierta predilección por los portugueses por mis viajes y por mi ascendencia portuguesa por mi abuelo materno.

Olivenza es una ciudad de Badajoz que a lo largo de su historia ha pertenecido a Portugal y a España en varias ocasiones. Actualmente pertenece a Badajoz y la huella portuguesa se conserva en los nombres de las calles, en la decoración de las fachadas y, en las personas mayores, el uso del portugués.

Bello municipio donde la paz y el sosiego, destacan por encima de todo, y si esto lo acompañamos con un buen jamón y vino, y de postre saboreamos un pedacito de técula mécula, parecerá que toquemos el cielo.

Olivenza es un pueblo con mucho encanto. Sus casas son todas blancas y de muros gruesos. Es pequeño pero tiene mucho para ver como sus iglesias y plazas. La gente es muy agradable y si eres turista con mucho gusto te lo explican todo. Si vas a Extremadura es un pueblo bonito para visitar.

Maravillosas las vistas de un patio nocturno. Merece la pena.

Vista nocturna de la torre del homenaje con la luna.
El castillo.

Un sitio escondido dentro del pueblo, al pie de la muralla y cerca de la torre del homenaje. Se está fenomenal allí sentado y incita a relajarse, leer, pensar...descansar.

No muy grande, pero lleno de encanto y atractivo. Lo conocí hace más de 25 años y la impresión que me produjeron sus calles sus monumentos y sus gentes aún no las he olvidado haciendo que tras tan largo tiempo, haya vuelto a admirar y gozar de todos sus encantos.
He vuelto a pisar sus calles, degustar sus dulces y sus vinos, hablar con sus habitantes y aquella impresión que me produjo hace tantos años ha vuelto a revivir.
Aconsejaría a todos aquellos que pasen por Badajoz, se den un paseo por sus calles y estoy seguro que quedarán gratamente impresionados.

Los guías turísticos te acompañan en todo momento y te cuentan con detalle cada historia de la ciudad. Tiene unos monumentos espectaculares, un museo que merece la pena visitar, un montón de bares muy económicos en los que puedes comer con comida bastante buena y un servicio excelente.