sucesos históricos
Cruzo la calle Mayor y justo enfrente, en el número 86, se encuentra el Palacio de Abrantes mandado construir a mediados del siglo XVII por D. Juan de Valencia, "Espía Mayor del Consejo Secreto de Su Majestad" Felipe IV al arquitecto Juan Maza.
Durante siglos fue cambiando de manos, normalmente entre la pequeña nobleza local, hasta que en 1842 lo adquieren los duques de Abrantes quienes encargan la reforma del caserón a Aníbal Álvarez Bouquel. Los duques a su vez lo vendieron a Manuel María de Santa Ana quien instala la sede de la redacción del periódico La Correspondencia de España. En 1888 es vendido al Gobierno Italiano quien instala en él su embajada y someten al edificio a una importante remodelación procediendo al decorado de la parte inferior del alar de tejado con una serie de llamativas pinturas. Durante la Guerra Civil Española de 1936 a 1939 fue utilizado como cuartel por los integrantes italianos de la Brigadas Internacionales. Finalizada la contienda la embajada se traslada a su actual ubicación en la calle de Juan Bravo y en el palacio se asienta el Instituto Italiano de Cultura hasta nuestros días.
Poco conserva su interior que realmente sea interesante, quizás su patio de luces o unas escalinatas en la parte derecha de la entrada que conducen a las aulas. Si embargo en una de las calles que rodean el edifico, la calle del Factor, la noche del 31 de marzo de 1578, lunes de Pascua, es asesinado Juan de Escobedo, secretario de D. Juan de Austria, hermanastro del Felipe II y en esos momentos gobernador de los Países Bajos, por orden de D. Antonio Pérez, secretario a su vez del rey. Se cuenta que Escobedo descubrió, amén de otros turbios negocios, los amoríos de D. Antonio con la princesa de Éboli, Ana de Mendoza de la Cerda, viuda de Ruy Gómez de Silva, secretario del Consejo de Hacienda. También se cuenta que el rey estaba al cabo de todo este asunto.
Otro suceso luctuoso ocurrió en el número 88 de esta calle Mayor: el 31 de mayo de 1906, día de la boda entre el rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, desde una pensión situada en el tercer piso, Mateo Morral lanza un ramo de flores con un abomba dentro al paso de la comitiva. El ramo tropieza contra el tendido eléctrico del tranvía; los reyes salvan la vida pero mueren treinta personas que estaban presenciando el acto.
Sea como fuere va siendo hora de marcharse.
Nada más doblar la esquina dirijo mis pasos hacia la plaza Mayor y a mi izquierda me fijo en un viejo restaurante o casa de comidas; es Casa Ciriaco, Mayor, 84, un clásico entre los clásicos del más clásico Madrid. Buena comida y buen precio, además disfrutarás del encanto del lugar.
