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Es uno de los rincones más insólitos que haya conocido jamás. Actualmente lo ocupa el Ayuntamiento pero fue diseñado a finales del siglo XIX para residencia veraniega de los Duques de Montpensier. Se halla en la parte alta de Sanlúcar de Barrameda, en lo más alto de una empinada cuesta que lleva al centro de la ciudad baja.
En 1870 las casas que aquí existían fueron remodeladas, sin llegar a ser derribadas. Eso explica que por dentro el palacio sea un auténtico laberinto. Por fuera está cerrado por un muro que protege sus jardines de estilo inglés. En ellos se encuentra la Biblioteca local, un poco pequeña para mi gusto.
La parte frontal del palacete da una idea de lo que es, una auténtica maravilla. Exteriormente tiene pinta de neomudéjar con algunos retoques clasicistas. Siguiendo la moda de finales del siglo XIX se reunieron diversos estilos artísticos históricos, creando una amalgama curiosísima. Accedes por un arco árabe y las distintas salas tienen decoración egipcia, anglosajona, rococó, chinesca, barroca, etcétera.
Por la parte trasera del edificio hay un gran jardín en ladera, desde el que se contempla la desembocadura del Guadalquivir y el resto de la ciudad.


