Gran Parador
Este es, junto al de Santo Estevo y el de Baiona uno de mis paradores favoritos.
Un antiguo monasterio, a las afueras de Cangas del Narcea, en Asturias, rodeado de montañas y perfectamente restaurado y modernizado en una de las mejores obras de rehabilitación de este estilo que he visto durante mis viajes. De hecho mi pareja y yo entramos con las maletas y nos quedamos parados en la entrada casi 1 minuto tan solo contemplando la belleza que nos rodeaba, sin decir nada.
Las zonas comunes son dignas de visitarse con calma, especialmente la biblioteca, si podéis id de noche a sentaros tranquilamente en los sofás mientras disfrutáis del sosiego y la paz que destila todo el conjunto.
Las habitaciones son de estilo espartano en cuanto a decoración, pero con todos los servicios de un 4 estrellas y alguno más. La domótica es excepcional, y el sistema de aire acondicionado es una maravilla.
En el sótano dispone de una pequeña zona de spa junto a los restos arqueológicos del monasterio, y anexa al edificio principal está la iglesia visitable previa reserva a unas horas concretas.
El desayuno, como en todos los paradores, genial, en una sala con una decoración muy original con macetas invertidas en el techo.
Tiene una zona de aparcamiento gratuita en el patio exterior, de piedra, muy cómoda para aparcar, y una zona de aparcamiento interior de pago.
Si podéis visitarlo, no os lo perdáis, os alojéis o no allí, aunque siempre es mejor disfrutar de un parador alojado (hay zonas de acceso sólo para huéspedes).


