Sentirse como una reina ;-)
Me ha gustado mucho el Parador de Guadalupe, una mezcla de esplendor y austeridad, de historia, de ciencia. Situado en el que fue uno de los centros de gramática, medicina y cirugía más importantes de Europa durante los siglos XV al XVI es todo un lujo.
El Parador de Guadalupe es más que un lugar donde hospedarte, es recorrer parte de nuestra historia, es dejarte llevar por unos atardeceres y amaneceres de película, si tienes la suerte de coger una de las habitaciones que da al impresionante monasterio de la virgen de Guadalupe.
Me he sentido como una reina, recorriendo sus laberínticos pasillos, disfrutando de su patio de naranjos y limones, cenando en su precioso restaurante jardín, y sobre todo, tras la explicación, que muy amablemente nos realizó la responsable del establecimiento. Con ella hemos aprendido que aquí, ya se trataba con penicilina mucho antes que Felming se apoderada de su descubrímiento, que es este lugar se trataron enfermedades impensables en ese momento y que fue de los pocos lugares donde se podía practicar una medicina sin censuras.