Bucólico y muy tranquilo
Junto a nuestra cabaña se encontraba el Parque Natural de Aros, un espacio natural recuperado de lo que fue la antigua mansión y tierras de Aros y que en la actualidad es visitable, sin coste adicional y present una curiosa estructura circular que mezcla bosques, cascada, un lago y un puerto que da al mar, donde la prestigiosa familia comerciaba.
Cualquier ruta que decidamos escoger es fácil y se puede hacer en un máximo de una hora pero especialmente en esta estación del año, en Otoño, me resulta más que bucólico y romántico (desde un punto de vista literario/artístico), precioso. El camino hasta el embarcadero se hace siguiendo un arroyo hasta llegar al mar, al viejo embarcadero y a los antiguos almacenes, con vistas directa a la bahía de Tobermory, lo que resulta simplemente espectacular.
El paseo rodeando el lago más de lo mismo, lo hicimos lloviendo y fue precioso ver como todo la superficie del lago se afectaba por las gotas al caer casi con la puesta de sol. Muy relajante.
Por lo visto en verano y con buen tiempo, en el parque se puede hacer camping, barbacoas e incluso pescar, siempre y cuando se obtenga un permiso para todo ello. Supongo que será bonito, pero como existencialista amante del Otoño, casi que me quedo la cara del parque que hace algunas semanas pudimos disfrutar. Sin más palabras.
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