Sebastian Muñoz Ruiz Esparza

Huyendo del calor: Parque Tomás Garrido en Villahermosa

Nunca sentí tanto calor como aquél día en Villahermosa. Desde que me bajé del autobús, no me podía creer cómo un lugar pudiera siquiera existir con una temperatura tan alta. Las calles daban la ilusión de sacar vapor, como una parrilla que de pronto recibe un baldazo de agua, toda la gente se veía totalmente empapada en sudor y nadie se atrevía a caminar fuera de la sombra de los edificios.

Después de recorrer la Zona Luz, y beber al menos cuatro litros de agua, decidí visitar el que -según había entendido-, era el escape de los tabasqueños al calor: El parque Tomás Garrido.
Me tomé un colectivo porque a pesar de que la distancia es mínima, el calor hace la caminata imposible.

En cuanto llegué, supe que tenían razón. Una zona verde que simula un oasis en medio del desierto. Caminar debajo de la vegetación que tapa algunos rayos del sol es mucho más sencillo que hacerlo en las calles cubiertas de asfalto. La Laguna de las Ilusiones, en medio del parque, ayuda mucho también a mantener la temperatura a niveles humanamente tolerables.

Así que ya sabes, si por algún motivo llegas a Villahermosa en medio del verano, y necesitas un lugar para relajarte sin ser cocinado por el sol, anda al Parque Tomás Garrido. Si tienes suerte, podrás ver a los coatíes buscando algo de comer.