Haciendo honor al dicho de Salamanca
Pasear por Vicedo, recorrer sus calles, descubrir sus clásicas vidrieras gallegas en las casas, el ancla entre grandes árboles y rodeada de hortensias rosadas en medio de un jardín indicando el origen marinero de su dueño y de la zona. La impecable prolijidad de sus calles y aceras, su populoso puerto con innumerables embarcaciones de todo tipo esperando que alguien destape sus cubiertas y los pequeños botes con sus cañas listos para adentrarse en el agua en búsqueda de peces, sueños y rayos de sol haciendo brillar las crestas de las olas.
Algunos coches llegan al puerto bien temprano para iniciar la jornada y descubrimos allí el “Monumento al Marinero” donado en mayo de 1999 por los catedráticos de la Universidad de Salamanca y me acordé del dicho “Lo que natura non da Salamanca non presta” y aquí han sabido utilizar muy bien su cerebro para aprovechar lo que la naturaleza generosamente les brinda.