Arturo Sánchez Quiñones
Lejos del ruido
Hay un lugar en Kioto, al este de la ciudad, en el barrio de Higashiyama, en el que uno se siente lejos del bullicio de la ciudad. Se trata del paseo del filósofo, un camino de dos kilómetros que discurre paralelo al estrecho canal Shishigatani.
Allí crecen los cerezos, hay bancos que invitan a sentarse a la sombra y huele a campo. No llega el sonido de los coches ni sus humos a este rincón de Kioto al que se denomina Paseo del Filósofo en homenaje a Nishida Kitaro, un filósofo y profesor japonés que solía recorrer este paseo camino a la universidad.
Este paseo lleva a algunos de los famosos templos de esta parte de la ciudad.
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