Colores
Me gustan los colores, qué queréis que os diga... más bien, me encantan!. Los colores, todos juntos, sin orden ni concierto, sin buscar cuál casa con cuál, son un espectáculo que, al menos para mi, transmite vida y alegría.
Este fin de semana fui a Alicante y nos escapamos a La Vila, Villa Joiosa, o Villajoyosa, como queráis... Este es un pueblo de la costa alicantina, de habitantes orgullosos de su "villa", a unos kilómetros de la capital, y nos ofrece un espectáculo frente a su magnífica playa que bien merecen esos kilómetros: sus casas de colores.
Dejar el coche e ir andando por el malecón hasta que, casi de repente, aparezca una fila de estas casas, justo en el extremo opuesto al puerto.
A partir de ahí, lo mejor es internarse por las callejuelas de este barrio donde los vecinos se sientan en sus sillas a tomar el fresco (o el calorcito, ahora que estamos en Marzo), charlando o haciendo pequeñas tareas.
Dicen que los pescadores empezaron a pintar así sus casas para que fueran visibles y reconocibles desde el mar, y así poder comunicarse, aunque fuera por señas, con sus seres queridos. Quién sabe, aunque es bonito pensar que así era. El caso es que la tradición continúa :).