Patagonia
Después de tres meses de estar sin mar llegar a la Patagonia fue un respiro, venir en carretera y empezar a ver el inmenso azul del mar a lo lejos lleno mis ojos de lágrimas de emoción. Bajar a respirar la brisa del mar fue lo más bonito, me sentía en casa. Solamente estuve una semana porque fui a un viaje de avistamiento a las ballenas, pero fue la semana más hermosa que pase durante todo mi viaje en Argentina. Caminar en las tardes por la playa y llorar de nostalgia fue la sensación más extraña que he vivido, no nos damos cuenta porque vivimos con el mar todo el tiempo, pero la gente que crece en una ciudad con mar a lado, lo extraña mucho cuando nos apartamos de él.