el paraiso está en Rías Baixas
El pazo más espectacular que he visto en un entorno absolútamente fantástico y paradisíaco, sí, sí, paradisíaco.
Nada más llegar nos dimos un paseo por sus impresiontes jardines, que fusionan un estilo clásico y cuidado con lo salvaje de la flora que los rodea. Fuentes maravillosas, flores de varios países, una piscina que en primavera-verano debe ser de ensueños, una bodega encantadora y, un detalle que me encantó, una pequeña capilla a la que no le faltaba detalle.
Es uno de los sitios a los que volveré cuando pase por Rías Baixas ya que están especializados en congresos y eventos pero también pueden asistir particulares. Claro, que me falta una parte importante por contarte, también cuenta con un excelente restaurante en el que degustamos un cocido gallego que supo a gloria. Imagina un día que comienza con lluvia y sigue con solecito, llegas al pazo y te ponen una sopa calentita con unos grelos que quitan el sentido y unas vistas de ensueño al jardín del que te hablaba... La decoración del interior del pazo es fantástica, muy cuidada y sin ningún exceso.