Una Peña para recomendar
La noche que anduvimos por allí estaba cantando justamente el hijo de Zamba Quipildor como puede verse en la fotografías y la verdad es que si bien fuimos a picar algo, el sólo hecho de estar allí y poder escuchar a su hijo Hermógenes, dueño del lugar, realmente se cumplía el famoso dicho que “de tal palo tal astilla”. Una sonoridad en su voz tan potente y conmovedora que hacía danzar al compás de las guitarras y sus canciones hasta las mesas y las sillas. También dejó oír su voz Luna Nieto (hija del Chango Nieto) toda dulzura y entonando la famosa “Zamba para Olvidar” de Daniel Toro y que tan bien cantó su padre: “Que pena me da, saber que al final de este amor ya no queda nada solo una pobre canción da vueltas por mi guitarra y hace rato que te extraña (…)”
Los bailarines realmente de lujo y lo hacían con gracia y donaire.