Península de Kamchatka

A veces, cuando viajas, lo que deseas es irte al fin del mundo, a algún sitio remoto e inexplorado en el que no haga turismo “de reconocimiento” sino de descubrimiento.

No hay cosa que me parezca más triste que ese tipo de viajes en los que te llevan “aborregado” a ver lo mismo que sale en las guías, te plantan ahí delante, le haces una foto y ¡ya está! A eso es lo que yo llamo turismo de reconocimiento. Yo, para eso, me quedo en casita.

Para mí viajar es una experiencia que te transforma, que te abre la mente, que te hace descubrir cosas nuevas, incluso de ti mismo.

Por ese motivo busqué un lugar remoto, desconocido, misterioso, del que no hubiera mucha información y del que, desde luego, no hubiera ninguna guía. Y encontré eso en Kamchatka.