Se trata de bajar a la carrera desde la...
Se trata de bajar a la carrera desde la montaña llamada "La Piedra del Mediodía", a las doce de la noche portando una antorcha, para poder ver el camino o caminos a seguir por los participantes.
Como se puede suponer dado el trazado (1.500 metros aprox.) y la hora a la que se realiza, la carrera presenta una gran dificultad, circunstancias estas que no amedrentan a los hijos del pueblo, que se lanzan a todo correr por la ladera montaña abajo, paradisputarse, el llegar el primero a la meta y dar fuego a otro "montón" de menores proporciones, a los que prendieron fuego en la línea de salida, en la cima de la montaña, recibiendo así el honor de ser el que honra al Portador del Fuego, (hasta el año que viene) y el nada desdeñable premio en metálico, que le ayudara a pasar unas buenas Fiestas.
Por su posición estratégica, Carcelén ha sido encrucijada de caminos. Muestra de ello es la parada obligatoria de la Vía Augusta. Los cerros que rodean la población han servido de mirador natural para controlar los pasos de otras culturas y avistar amenazas.
Del Neolítico destaca el paraje de La Torrecilla.
El paso a la Edad del Bronce se da con innovaciones agrícolas: El escalonamiento de terrazas de cultivos de Los Castillejos.
En Peña Negra, uno de los dos cerros que enmarcan Carcelén, hay constancia de un pequeño yacimiento que facilita la comunicación con cerros vecinos.
Carcelén formaba parte de las villae. Así prosiguió su camino hasta la Edad Media.
Perteneció a Almansa hasta 1266, hasta la creación del estado de Jonquera con Alfonso X, jurisdicción que pronto tomaría el Marqués de Villena, que posteriormente repartió a su hijo en calidad de Adelantado de Murcia, delegando en él la tarea de repoblar la villa con musulmanes provenientes del Reino de Valencia. Cuando la familia de Los Manuel (Marqueses de Villena) emigró buscando refugio a Aragón, abandonó Carcelén a su suerte.
Sucesora de Sancho Manuel (el último gobernante de la familia) fue Doña Constanza, que intentó recuperar las tierras, actividad que fue impedida por el nuevo Marqués. Las recuperó treinta y seis años después.
Los descendientes se continuaron de una u otra forma hasta D. Gonzalo de la Plazuela, quien fundó el Mayorazgo de Carcelén. Por pertenecer a la demarcación del Estado de Jonquera, la localidad no pudo conseguir el crecimiento económico que le era posible.
La Guerra de Sucesión tuvo fatales consecuencias puesto que los habitantes se vieron forzados al abandono de los campos.
Tras la victoria de Felipe V, se le concedió a Carcelén el título de “Noble y Leal Villa”. Con la política de los Borbones se frenaron los abusos territoriales que se venían cometiendo desde antiguo.
En el siglo XX se produce la consolidación municipal. Las mejoras sanitarias y agrícolas durante las primeras cuatro décadas de la centuria generaron un aumento de la población, tan sólo frenado por las consecuencias de la post-guerra y, posteriormente por el éxodo rural hacia las grandes ciudades.
