¡Un visita frustrada a las famosas pinturas rupestres!
Continuando nuestro otoñal paseo vacacional por la RP Nº 23 que va bordeando las orillas del río Aluminé, justo a mitad del camino, parte pavimento y parte ripio entre Aluminé y Junín de Los Andes, nos encontramos con estas increíbles y milenarias moles rocosas de origen volcánico, en las que se descubrieran antiquísimas pinturas rupestres que demuestran que estas tierras estaban habitadas hace decenas de miles de años.
Lamentablemente para nosotros la tranquera que da acceso al caserío y quienes estuvieran encargados de abrir el paso para llegar hasta ellas estaba cerrada y en esa inmensidad de la magnífica pero solitaria nada, nos detuvimos en el camino para fotografiarlas y observar los huecos y ventanas que los vientos han ido formando. Acercando mucho el zoom de la cámara puede verse un ingreso excavado en la roca y matas achaparradas que van cubriendo la subida hasta la cima. La tierra estaba húmeda debido a las últimas lluvias y a la posible crecida del río.