Recuerdos de Piriápolis
Esas vacaciones transcurridas en mi tierna infancia, en Piriápolis, perduran con intensidad entre mis recuerdos, hasta el día de hoy. ¡Cómo olvidar el aroma a sal de sus playas, cuando recogía caracoles que traía el mar hasta la orilla, después de un día de tormenta! ¡Esos castillos de arena que construía juntos con mis primos, tanto los de Montevideo como los de Brasil, para luego derribarlos, cubrirnos de arena, y después salir corriendo en dirección al mar y zambullirnos en el agua salada y fría de ese Río de la Plata que es ya casi océano.
Los días nublados hacíamos excursiones, por ejemplo al Castillo de Piria. Recuerdo que alquilábamos caballos y recorríamos la zona, observando el hermoso paisaje de cerros azules que se vislumbraban a lo largo del horizonte, más allá de Piriápolis.