El 5 de julio de este año quedó por fin r...
El 5 de julio de este año quedó por fin reinaugurada la Place Flagey de Bruselas. Se puso punto y final a los 7 años de obras de rehabilitación que han tenido que soportar los vecinos, los viandantes y los vehículos que al intentar cruzar la plaza se encontraban con enormes carteles naranja fosforito avisándoles de cuál era la desviación que tenían que tomar.
En vez de las vallas, las excavadoras y el ruido que habían conquistado la plaza, hoy en día se pueden ver, bordeando la plaza, unos bancos de madera larguísimos. En cuanto sale un rayo de sol se llenan de gente y, aunque parezca que en ellos cabría la ciudad entera, no queda ni un lugar libre. Y en el centro, suben hacia el cielo unos chorros de agua que cuando están apagados pasan totalmente desapercibidos. Si no conoces su existencia, la única pista que puedes tener de esas fuentes al ras del suelo es ver que no haya llovido y que el suelo esté mojado.
Así pues, la primera semana de julio, un ciclo de conciertos (entre ellos, hubo un guiño a Indiana Jones) y pasacalles dieron la bienvenida al cambio de look de Flagey. La plaza está rodeada de un sinfín de lugares dignos de mención: Los lagos de Ixelles con sus patos, la mítica freiduría con sus (frits), y los bares como El Murmur con djs pinchando música de los 50-60-70, El Pantin con su especial decoración y El Belga con sus conciertos, su terraza y su cerveza, por supuesto. Todos estos lugares son de los más frecuentados no tanto por los que pasan un solo fin de semana en Bruselas sino por aquellos a quienes les ha dado tiempo a explorar un poco más.
Próximamente aportaré mis fotos y experiencias de estos rincones que ya tienen colgada la etiqueta de imprescindibles.


