Desde sus Miradores
Una de las cosas que me encanta hacer en Portugal es correr el coche sin tener en mi mente un destino.
Así lo hice la semana pasada, seguí en dirección a Sintra y desde allí a Colares, bordeando el mar y parando de pueblo en pueblo, sin hora de llegar o salir.
El paisaje empieza a enseñar su belleza con acantilados hasta que en un punto tienes que parar, salir del coche y admirar las vistas.
Azenhas do Mar es un pueblo muy pequeño y pintoresco, colgado del alto de un acantilado, con sus casitas blancas y el característico atlántico azul al fondo. Dentro del pueblo, pequeñas escaleras te llevan a cada rincón y de cada uno puedes contemplar el mar de una forma diferente.