Un lugar lleno de color
Nunca había ido a Tarragona hasta este fin de semana. Tenía mucho tiempo sin volver a la playa y siendo caribeña ya empezaba a afectarme. Toda mi vida he estado en contacto con el mar, he vivido en una ciudad cercana a la costa del país por lo cual ir a la playa no significaba un problema.
Desde que vivo en Madrid, ir a la playa implica planificación y la espontaneidad se va disipando con el tiempo. Llevaba dos años sin ver el azul del mar, sin sentir el agua fría en mis pies y sin el roce de la brisa salada en mi rostro. Ya no aguantaba más así que decidí hacer un viaje a Tarragona, Cataluña.