Menuda pasada
Tarde de volley playa, surf y por supuesto que no falte la escoba con muestra baraja española. Había oído hablar de las playas de Perú, pero aún así me sorprendió tan enorme calidad. Tanto para ir como para volver tomamos un taxi, que nos costó cerca de 15 soles, unos 5 dólares que entre cinco personas, pues no es nada.
Una vez allí hay un gran sector turístico desarrollado, con lo que no faltan bancos, bares, restaurantes, hamacas, alquiler de tablas de surf, etc. No es tampoco Benidorm, con lo que mejor; Pimentel ofrece servicios turísticos a los viajeros sin perder autenticidad. El tiempo que estuve en Chiclayo, no tuve problema de ningún tipo, aunque guarden bien las carteras porque en Perú me la robaron dos veces (por suerte, siempre la billetera de señuelo).