Plaza de la milicia o plaza del pueblo.
Entre las calles Fortaleza y San Francisco, la Plaza de Armas ha sido desde siempre el punto de encuentro para paseantes, abuelos con sus nietos que van a jugar con las palomas, tertulianos de la terraza de café y visitantes en general de la ciudad que siempre acaban dando en ella durante su itinerario.
Es, como todas las plazas de armas del Caribe, una amplia explanada, con una fuente en el medio y un quiosco que despliega todos los días mesas y sillas. Y no olvidemos las esculturas que representan las cuatro estaciones..
Como todo lo que la rodea, emana antigüedad y venerabilidad, evidentemente al datar del siglo XVI y por ser el núcleo originario de San Juan, es decir, el punto a partir del cual comenzó a configurarse la ciudad colonial que acabaría convirtiéndose en la capital de la Isla. A partir de ella la población irá creciendo con la construcción de nuevas viviendas dentro de los límites de las murallas. Lo que en un principio fue campo de maniobras militares, de ahí su nombre " de Armas" pasó pronto a ser lugar de esparcimiento de los sanjuaneros.