Plaza de la Leña

La plaza de la Leña es, sin duda, mi lugar favorito de toda la ciudad de Pontevedra.

No es una plaza monumental ni especialmente grande, pero su belleza y composición son escandalosamente bellas. Se trata de la típica plaza gallega de carácter popular con casas de sillares de granito, soportales, galerías y un cruceiro que adorna su parte central.

Visitarla en primavera o en verano es todo un lujo. Sus balcones adornados con flores de colores y sus terrazas de madera son un reclamo más que suficiente para que el viajero se acerque a esta pequeña ciudad gallega.

El edificio

Recibe este nombre por el producto que se vendía antiguamente en esta plaza situada en el casco histórico de la capital pontevedresa. En el lateral de la plaza destaca el Museo Arqueológico Provincial y algunas cafeterias y edificios muy bien conservados.

Su característica a destacar es el "crucero" que data del siglo XVI y está situado en el centro de la plaza y que posiblemente estuvo ubicado en el Puente del Burgo.

Especialmente la plaza de la leña. Estuvimos por la tarde y se encontraba muy sucia, con muchos papeles por el suelo. Una pena. El resto de la ciudad muy cuidado.

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En esta plaza se vendía leña antiguamente. En la plaza siguiente se vendía verdura.

Hay muchos restaurantes.

Rodeada de bares donde refrescarte con un refresco o una cañita.

Fresca y agradable, muy recomendable para comer y cenar.