Pulmón de San Felipe de Arecibo
Arecibo fue una de las primeras localidades que los españoles fundaron e impulsaron en la isla junto con otras de gran importancia como San Germán, San Juan o Coamo. Los datos y registros hablan de 1515 como fecha casi segura de su fundación, por lo que de ser cierta, la convertiría en una de las ciudades más antiguas de Puerto Rico y de la mismísima América.
La plaza que ocupa su centro, es por tanto su corazón y su núcleo, y por ello ha sufrido quizá mas vicisitudes que cualquier otra parte de la ciudad. Ya en 1890 un incendio destruyó gran parte del espacio y en 1899 un huracán volvió de nuevo a sembrar la desolación en la ciudad.
La antigua plaza mayor, por tanto, es uno de los lugares de más historia de la ciudad y sitio de los edificios de más solera, como la Catedral de San Felipe Apostol, considerada una de las mejores de la isla, que mezcla en su fachada el neoclásico, la herencia española y los colores pastel caribeños.
Grandes laureles de indias, fuentes, un gran quiosco y sobre todo espacio de vida y descanso, convierten la Plaza de Luis Muñoz Rivera en el pulmón histórico y humano del Diamante del Norte.
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