Un rincón para no perderse
La Plaza Redonda es un rincón de Valencia que, vagando sin rumbo, descubrí... Tiene cuatro accesos, uno de ellos desde la plaza de Lope de Vega, y está muy cerca de la catedral valenciana.
Como su nombre indica, tiene una planta circular. Formando otro círculo, dentro de la plaza, y alrededor de una fuente (también redonda :-)), hay unas casetas de madera pintadas, antiguas, que albergan un comercio que en otras ciudades va desapareciendo silenciosamente: mercerías. En efecto, se vende todo tipo de hilos, perlés, encajes...
La mayoría de los comerciantes es gente mayor, y si te quedas un rato dando vueltas por allí mientras haces unas fotos o sencillamente contemplas el conjunto, podrás ver cómo venden, cómo aconsejan a sus clientes, a la antigua usanza.
El perímetro exterior, el de las casas que conforman la plaza en sí misma, también está lleno de locales, la mayoría vendiendo artesanía, alguno es un restaurante. Se ve que las han rehabilitado y todas lucen unas contrapuertas de madera que quedan bien en este conjunto.
Para no perdérselo, fuera de los circuitos turísticos de siempre, merece la pena echar un vistazo, quedarse un ratito.


