Un baño con dos mil años de historia
Con la finalidad de abastecer de agua la ciudad de Nimes, los romanos construyeron un sistema de canalización de 50 km de longitud. Para cruzar el rio Gard afluente del Ródano, se construyó un acueducto con 275 m de longitud que constituye una colosal obra de ingeniería y un símbolo de la arquitectura romana. Posee 3 hileras de arcos superpuestos, seis que salvan el río, 11 en el nivel intermedio y 35 más pequeños en el nivel superior que soportan el canal por el que corría el agua. Lo impresionante en estas obras romanas es la solidez y la precisión y que las piedras no están unidas por ningún cemento, solamente colocadas unas sobre otras y fijadas con grapas.
Este magnífico acueducto se encuentra entre Nimes y Avignon, muy cerca de la Villa de Uzes, en una zona de gran afluencia de turismo. Los franceses lo tienen perfectamente montado, con un enorme aparcamiento y desde allí un sendero que conduce a un centro de visitantes y museo llamado Rive Gauche (orilla izquierda), no visible desde el acueducto, el sendero sigue bajando hasta conducirnos a la altura del puente, en la orilla izquierda del río.
Llegamos allí en una tarde calurosa del mes de agosto y nos sorprendió lo ambientadísimo que estaba, no sólo había turistas cruzando hacia un lado y otro, sino que muchas personas aprovechaban las pequeñas playas fluviales del río para bañarse, otros se tiraban al agua desde un promontorio elevado y cientos de canoas bajaban el río. Así qué volvimos otra tarde, bien equipados, para disfrutar de un baño fluvial con las magníficas vistas de esta obra colosal con dos mil años de historia.


