Una experiencia inolvidable
Vista la necesidad de unir por medio de un puente colgante las poblaciones de Rupit i Pruit (Rupit y Pruit) ubicado en un recodo del río Pruit, se comisiona a mediados del siglo XX a los hermanos Francisco y Pedro Rovira residentes en Rupit, cuya casa aún puede verse al recorrer el núcleo urbano, ambos de profesión herreros, a un albañil del lugar y a un especialista en la instalación de conductos de agua y otros servicios sanitarios, para idear, construir e instalar sobre el río que rodea la localidad de Rupit un puente colgante lo suficientemente fuerte como para soportar el paso de varias personas que lo transitaran al mismo tiempo. Allí pudimos ver el famoso Salto de Sallent en el acantilado de Rupit, cuyo río desemboca en un gran pantano en el que se pueden encontrar numerosos molinos y fuentes.
Con este puente se unieron ambos lados y se constituyó así en uno de los mayores atractivos del lugar y en el que no pueden circular más de 10 personas porque se mueve muchísimo y marea un tanto. El problema reside en que lo establecido no es respetado, muy especialmente por los adolescentes a quienes les parece muy divertido hacerlo bambolear con el consiguiente peligro para los mayores y los más pequeños que pierden la estabilidad de inmediato. Por lo demás la vista hacia ambos lados y hacia abajo es realmente impactante.
Los datos son del Ayuntamiento de Rupit y Pruit.
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