Se llega, una vez más, a través de una e...
Se llega, una vez más, a través de una estrecha carretera que sale desde un pueblo llamado Raposeira, pero vamos, el acceso en este caso es muy muy sencillo.
Pequeñita, incluso íntima, repentina y, sobre todo, preciosa. De hecho, a pesar de llegar a ella a las 10 de la mañana, algo me impulsó a bañarme. La arena es una pasada, finita y muy suave, y el agua, a esas horas, estaba congelada (cosa que a mi me encanta). Así que ya sabes, si buscas una encantadora playa, prqueñita, familiar, romántica y con chiringuito, esta es una gran opción. Y si como yo, buscas descubrir las mejores playas del Algarve, esta es parada obligada.