lamaga
Tranquilo. Ahora estás en Cluny. Tómate u...
Tranquilo. Ahora estás en Cluny. Tómate un te de sabor a violeta y un cruasán. Mira la gente pasar con sus bolsas del pan, a rallas. Cómprate un par de pendientes de coco y ríete con el tendero alemán que intentará ponértelos. Sube las escaleras que conducen al mirador desde donde se contemplan las ruinas de la abadía. Huele a caballo, a macetas recién regadas, a piedra vieja y -por supuesto-, ¡a pan recién hecho! En la tienda del pueblo date el gustazo de comprarte todo el queso (y dejar al resto del pueblo sin su pedacito diario), abre una botella de vino que también encontrarás allí y siéntate
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