Era la primera vez que iba y experimente un atardecer precioso, dicen que es una ciudad no famosa tanto por sus monumentos como por sus playas, pero sin duda hay lugares que no pasan desapercibidos y que merecen la pena ser vistos al menos una vez, uno de ellos es el antiguo cable inglés del puerto de Almería, que no deja indiferente.
Agradable para darse un baño, pasear y tomarse una caña al lado del mar.
Recomiendo el Rincón de Yebra y el Building, uno para raciones y tapas y el otro para comer al mediodía.
A mejorar: las duchas y desagües.
Es un sitio exquisito, comida elaborada, el entorno muy bonito, muy tranquilo, bonita decoración, y personal muy atento, además abre todos los días. te puedes tomar copas por la noche. Recomendable, y muy agradable.
En verano las playas de Almería son de lo mejor. A estas alturas del año aun sopla algo de viento, pero ya se puede disfrutar del calor del clima y de las frías aguas del Mediterráneo. Las nieves del Paseo Marítimo son una experiencia única.
Vista del puerto de Almería desde el ferry procedente de Melilla.
Se puede observar la torre de Salvamento Marítimo y al fondo "La Alcazaba".
Una nota diferenciadora de Almería es su clima y su luminosidad.
Durante la guerra civil, en Almeria, se construyeron refugios subterráneos para poder cobijar a la población, durante los bombardeos (52 bombardeos y más de 700 bombas), con el tiempo ,en las entradas de los refugios se construyeron pequeños quioscos que hoy en día siguen en pie.
Dichos refugios se han habilitado y abierto hace pocos años, tienen un kilómetro de longitud y se han convertido en los más largos de Europa abiertos al público; durante la visita nos explicarán como vivió la ciudad la guerra y como se construyeron los refugios; todavía se pueden ver "graffitis" de los que un día estuvieron allí resguardados, un quirófano, etc.
Junto a la playa de la ciudad con un gran paseo marítimo y junto al puerto hay unos jardines en los que empieza el casco antiguo de la ciudad.
Tierra de sol, playa, gente amable y risueña. Puedes perderte por sus calles y disfrutar de la su variedad gastronómica. El "tapeo" y la vida en la calle definen muy bien a esta ciduda de bolsillo que se puede recorrer de punta a punta fácilmente, descubriendo los pequeños rincones que guarda y que tanto nos gustan a los almerienses. Hay que venir, no hay más.
Si visitas Almeria no dejes de pasar por este paseo, sobre todo de noche con los puestos y a pie de playa, donde puedes sentarte y relajarte con las vistas. Además puedes tomar algo en todos los bares de la zona, baratos y acogedores.
Respiras aire del bueno, te sientes relajada y muy bien la verdad. Siempre que voy, iré ahí porque es uno de los mejores sitios en los que me siento muy a gusto conmigo misma.
Vistas increíbles y un paseo muy largo con muchos bares y restaurantes para tomar algo. ¡Realmente precioso!
Vive, convive, disfruta, se feliz.
