Puerto de Amberes

La zona del puerto de Amberes es de las más interesantes de la ciudad. Suele pasar desapercibida habitualmente porque se encuentra un poco alejada de la zona más céntrica, pero en los últimos años se ha convertido en el típico nuevo barrio en el que ahora se rehabilitan los mejores edificios, se crean los mejores restaurantes y las calles se llenan de tiendas trendy.

Por todo eso, y porque parece ser que los locales ahora están deseosos de poseer una casita en la zona, se ha convertido en un lugar con gran ambiente para el turista. Y, verdaderamente, merece la pena.

Vale que Brujas y Gante sean como de cuento con sus canales y callecitas y por eso triunfen en las guías de viaje, pero la verdadera crema de Bélgica es Amberes. Y lo es por su río, el Escalda, y su zona portuaria. Ni casitas pequeñas, ni callejuelas estrechas, ni suelos empedrados, ni la típica arquitectura de ciudad flamenca: el ambiente del puerto es industrial, que no es bonito pero mola mucho.

Lo mejor es subir por la orilla, desde Steenplein, una plataforma que en cuanto llega el buen tiempo se llena de jóvenes belgas bebiendo vino y tocando la guitarra y hasta el contrabajo. En dirección al norte, pasar por el aparcamiento de barcos (es bonito), llegar hasta las grúas y después al MAS, el nuevo museo de la ciudad. Aunque la zona haya sido siempre de marineros y prostitutas (de hecho, está al lado del barrio rojo), ahora está llena de gente de bien y restaurantes majos.

Fui a visitar a mi hijo que estaba estudiando arquitectura en Amberes, de Erasmus, y dando un paseo con el coche por el inmenso puerto de la ciudad, nos encontramos con un atardecer impresionante y las distintas gruas que se asomaban al horizonte.Tuve que parar y encuadrar con mi cámara para traerme este bonito cuadro.

3 maravillosas semanas y con vuelta muy pronto.