Camino intentando que no me lleve el...
Camino intentando que no me lleve el viento y que no me salpiquen las olas enloquecidas del Cantábrico. Cuando doy la vuelta al monte Urgull el paisaje cambia súbitamente; ahora, cerca del puerto, el mar se ha serenado, el viento ha menguado. Como si fuera una perfecta ventana, rueda mi mirada a través de la ‘Construcción vacía’, la impresionante escultura de Jorge Oteiza. Ante mí aparece la bahía de La Concha enmarcada por montañas verdes, la lejana lonja de arena de la extensa playa, pequeños veleros en el agua mansa, la isla de Santa Clara, el Monte Igueldo en los confines de la bahía, cerrándola, como si allí se acabara el mundo.