A Santorini fuimos principalmente a...
A Santorini fuimos principalmente a descansar, pero también a ver una de las puestas de sol más preciosas del mundo.
Cada un tendrá su lugar favorito, pero ciertamente la puesta de sol de Oía es maravillosa. Seguro que habéis visto muchas fotos de esta fantástica isla de Grecia. Tiene todos los elementos para que el momento sea especial. Casas blancas y cúpulas azules. Calles empedradas y sinuosas. Unas vistas al horizonte con un volcán de fondo. Un acantilado plagado de casas. Oía, es una pasada.
Mientras se iba acercando el momento todo el mundo se aproximaba a la zona del Kastro de Oía y sus alrededores. Había muchísima gente, no cabía ni un alfiler y todos estaban allí para ver como el sol iba muriendo poco a poco. La expectación era enorme y el cielo estaba completamente despejado.
A medida que el sol iba descendiendo, los rayos se iban colando por las callejuelas blancas convirtiendo el fenómeno en un auténtico espectáculo de luces. Si ésta no es la puesta del sol más increíble del mundo le falta poco. Eso se notaba en las caras de la gente. Cientos de personas viendo el show en silencio. Las cámaras de fotos y vídeos no daban abasto.
Desde luego que es una de las imágenes preconcebidas que te haces de Grecia, Santorini y Oía. Me quedo con el recuerdo de esa fantástica puesta de sol, las caras de estupor de la gente y los rayos rebotando en las paredes blancas.


