Primer día en Bangkok: llegamos muy cansadas, es un viaje muy largo. Hemos visto muy poco mucho puesto en la calle en plan mercadillo. La sensación es buena a pesar de la pobreza que refleja la ciudad en algunos aspectos( aunque todo el mundo lleva iPhone) un poco contradictorio, a pesar del calor y la humedad, me deja buenas sensaciones. Mañana empieza lo bueno.
Una de las cosas que más sorprende a los turistas cuando llegan a Bangkok es que todas las calles están repletas de puestos de comida. Da igual la hora y el día, siempre te encuentras con pequeños carritos con fogones por todas partes y es que, por increíble que parezca, los tailandeses comen a todas horas, no hay desayuno, comida y cena, comen cuando tienen hambre o cuando paran de trabajar.
Los productos que podemos encontrar en la calle son de todo tipo. Una de las comidas más típicas son una especie de brochetas de pollo frito que están bastante buenas. También hay arroz, por supuesto, y cientos de verduras cocinadas. Otra cosa típica que tiene un olor horrible y que no fui capaz de probar son las bolas de pescado fritas.
Bangkok es una ciudad llena de posibilidades en todo los sentidos.
En lo que respecta a la comida, tanto se puede comer en Bangkok en lugares muy refinados o restaurantes de las más variadas cocinas internacionales, como se puede comer por menos de 1 €.
Es fácil encontrar algún puesto de comida en casi cualquier calle de Bangkok, pudiendo degustar noodles, sopas, arroces fritos, rollitos, etc.
El plato más conocido entre los turistas es el el Pad Thai, pero yo recomendaría especialmente las sopas como el Tom Yam Kum o cualquier tipo de curry.
