Patricia
Vale la pena disfrutar de esta experiencia
Simplemente genial, imagina por un momentos las olas del mar chocando con las rocas, tú sentado al aire libre degustando comida vegetariana. Más tarde una clase de yoga o alguno de sus talleres... ¡pura vida!
Sólo hay una pega pero está compensada: tardan en traer la comida y según la estación no está todo disponible pero la hacen a la vista, sin recalentar, y aprovechando todo lo de temporada.
Vale la pena disfrutar de esta experiencia