Que cambien los colchones!
Me quedé 4 días con sus respectivas noches en Radison, una Guesthouse muy bien situada a dos calles de Chuy Prospekt, -la calle principal de Bishkek-. Los propietarios, unos cincuentones de etnia eslava (ignoro si rusos, ucranianos, pero eslavos sin dudas), son muy majos, te preparan el desayuno que sirven en el patio durante el verano, y la verdad es que ni te enteras que están porque las habitaciones tienen mucha privacidad, dan todas al patio de la casa y una vez adentro es como estar solo.
Todo está muy limpio y la verdad es que las habitaciones están equipadísimas, con televisor, ventilador, aire acondicionado, calefacción, calentador de agua para hacer té, el baño prácticamente nuevo, pero hay una SORPRESA, de las malas. Los colchones parecen sacados de un dibujo animado imposible. Da igual como te pongas, no hay forma de que la columna quede apoyada de una manera digamos ortodoxa sobre el colchón. Uno se despierta con más dolores que con los que se acostó, así que, pensároslo antes de reservar allí. Por cierto, probé otras camas y era lo mismo.