Rascacielos De Cuenca

Dicen que los conquenses se precian de haber inventado los rascacielos. Y deben llevar razón, porque ya en el siglo XV, los habitantes empezaron a levantar grandes moles de hasta 11 pisos que se amoldaban como plastilina y quedaban pegados, fundidos, con la pared rocosa donde sus constructores tenían a bien edificarlos.

Por eso ahora, el barrio de San Martín, y concretamente la calle de Alfonso VIII, es un museo al aire libre donde se pueden admirar las pericias y artes de los constructores que hasta el siglo XX, se atrevieron a desafiar las leyes de la gravedad y del equilibrio, para mostrarnos por un lado lo que parecen ser estructuras relativamente bajas, de tres o cuatro pisos, y luego maravillarnos con una caída en picado sobre las hoces de los dos ríos que guardan la ciudad.

Se trata de un conjunto de 30 edificios entre medianerías que forman un encantador paisaje. Estas casas edificadas en la roca son en la actualidad de gran importancia turística debido a su peculiar arquitectura. De época medieval, todas ellas conforman una cornisa de gran calidad sobre la hoz del río.

Es de esas imágenes que se te quedan grabadas para siempre, magnífico. Y como curiosidad las casas estas se hacían de arriba a abajo, así que se las llaman también RASCASUELOS.