El Monasterio de las mil sensaciones
Nunca antes había estado en este lugar pero el pasado verano tuve la oportunidad. Desde el intercambiador de Moncloa, salen autobuses hasta allí, con distintos horarios. Y la verdad, el camino no se me hizo muy largo pues me entretenía viendo el paisaje inspirador de la Sierra de Madrid.
La estación de autobuses de San Lorenzo está a pocos pasos del monasterio. Al acercarnos, la cúpula se iba abriendo paso entre las copas de los árboles. Esa sensación de arte entre naturaleza era indescriptible. Era un jueves, por lo que la visita era gratuita. Destaca la sobriedad y monumentalidad de la arquitectura exterior como interior. Sin embargo, las obras de arte que el monasterio alberga en su interior son dignas de admirar. Me llamó mucho la atención la presencia de numerosos corredores y pasillos, en los que se podía sentir la presencia del pasado. En cada estancia me imaginaba a los grandes personajes de la época en sus quehaceres cotidianos. Como he dicho antes, la sobriedad del exterior contrastra con el rico patrimonio que hay en el interior y que es necesario contemplar en varias ocasiones.