Reichstag

El reischtag es el parlamento alemán. Fue construido a finales del siglo XIX con el dinero que dio Francia después de la guerra de Prusia como compensación. Hay visitas en muchos idiomas y te tienes que registrar unos días antes por el internet. Para lo que es la visita del domo, es gratuita y abre hasta la media noche pero suele haber cola, lo mejor es llegar a las primeras horas de la mañana. El parlamento fue muy destruido en 1933 por un incendio, el cual fue el motivo de la caza a los comunistas emprendida por Hitler. El parlamento fue desplazado. En 1995, vuelve a abrir para recibir al parlamento de la ciudad unificada, el Bundestag. La primera sesión tuvo lugar en 1999 y ahora puedes asistir a los debates desde un balcón. En la terraza, hay un restaurante de lujo.

El Reichstag es, sin duda, uno de los edificios con mayor tractivo turístico de la capital germana. La actuación de Norman Foster de finales del siglo pasado contrasta con el edificio original de estilo neorromántico, finalizado en 1894. La combinación de hondo calado y modernidad brinan al viajero una panorámica histórico-arquitectónica inusitada.

En lo que se refiere a la cúpula de Foster, su estructura acristalada culmina una elegante superposición de curvas y perspectivas que recuerdan en cierta forma al Guggeheim de Nueva York.

Si la pregunta es... ¿merece la pena esperar

El Reichstag fue construido por Paul Wallot en las últimas décadas del siglo XIX y su objetivo era albergar el nuevo Parlamento del Imperio Germánico Unido. Fue otro de los lamentables protagonistas en la época Nazi cuando, en 1933, al ser pasto de las llamas, se atribuyó su incendio a un comunista como pretexto para realizar una limpieza a gran escala de los adversarios políticos del régimen, dentro ya del delirio nacional socialista en el que estaba sumido el país. En los años posteriores a la II Guerra Mundial el edificio se restauró pero el famoso Muro de Berlín se construyó a pocos metros por detrás del edificio lo que hizo que quedara ubicado en la periferia del Berlín Occidental, cayendo en desuso. Tras la reunificación alemana en 1990 y el traslado de la capital a Berlín el Reichstag recuperó su función de sede del Parlamento alemán.

Sin duda, el Reichstag de Berlín o mejor dicho, la cúpula del Parlamento Alemán es uno de los iconos de la nueva Europa.

Este edificio ha sido el fiel reflejo de lo que ha sufrido esta ciudad, quedando totalmente destruido por un incendio por los nazis, bombardeado en la II Guerra Mundial y olvidado durante la separación alemana. Cuando en 1.993 decidieron reconstruirla, lo hicieron mirando al futuro, intentando olvidar todo el mal pasado y de forma metafórica, utilizando mucho cristal, para demostrar la transparencia del Parlamento Alemán.

Lo mejor, ¡es que la visita es gratis!, pero eso sí, tendrás que reservar con antelación, registrándote e indicando a que hora quieres la visita.