Manglares, pelícanos y un mar turquesa
En el extremo de la Península Mejicana de Yucatán, donde el Caribe se mezcla con el Golfo de Méjico se encuentra este lugar verdaderamente encantador. No está lejos del bullicio turístico de Cancún y la Riviera Maya, pero cuando yo estuve hace casi cuatro años las cosas eran de verdad y espero que se mantengan como tal.
Esta reserva está formada por una laguna litoral, rodeada de manglares, con una gran riqueza de aves acuáticas. En primer lugar fuimos al pueblecito que mantenía un verdadero sabor mejicano, con casitas de colores chillones. En el muelle el agua era transparente, de un color turquesa, esmeralda. Los pescadores daban los restos de pescado a gaviotas y pelícanos que rodeaban las embarcaciones y era posible realizar paseos en barco hasta las islas para ver los flamencos, pero no tuvimos tiempo para ello.