A Curtidoría

Tomamos una ensalada templada de verduras con un bonito buenísimo y luego un arroz. Aunque ya parecía que no nos cabía nada más, dejamos un hueco para el Manhattan Mango, que me resulta muy ligero y realmente buenísimo.
A pesar de ser un martes por la noche había bastante gente en el local, pero las mesas son amplias, y son suficiente sitio entre ellas para que en ningún momento nos sintiésemos invadidos por conversaciones ajenas.
El trato muy amable y profesional. Nos gustó el vino que nos aconsejaron. Tomamos una ensalada templada de verduras con un bonito buenísimo y luego un arroz. Aunque ya parecía que no nos cabía nada más, dejamos un hueco para el Manhattan Mango, que me resulta muy ligero y realmente buenísimo.

Si se quiere comer un arroz en Santiago de Compostela, este es el sitio. Desde el de bacalao y chícharos verdes hasta el negro con chocos.
'https://www.acurtidoria.com' En esta web podéis echar un vistazo a la carta.

Nuestra cocina huye de elitismos lo que nos permite disfrutar de arroces, ensaladas, carnes y pescados a unos precios más que asequibles. Aceptamos todo tipo de tarjetas de crédito.

Nuestro secreto: el arroz.

Los arroces en sus distintas formas (arroz negro, con setas, con bogavante...) pueden encontrarse entre las muchas variedades que se ofrecen.

Me encanta esta calle del casco antiguo de Santiago, ya no sólo por su piedra y su inclinación sino porque en ella o cerca de ella están algunos de mis sitios favoritos del casco antiguo de la ciudad.

Por ejemplo, el restaurante A Curtidoría, es uno de mis favoritos de esta zona. Se trata de un lugar diáfano, acristalado y muy acogedor, con un toque moderno perfecto para servir sus platos de comida mediterránea.

Sus especialidades son huevos camperos estrellados sobre patatas panadera en aceite de oliva, rossejat de fideos (rape, langostinos almejas y gambas), pulpo de la ría de Muros a la parrilla o parrillada de verduras del día.

Llevo muchos años comiendo en este restaurante de mi ciudad y reconozco que lo recomiendo con pasión para los que quieran probar una buena cocina basada en calidad de producto y buen gusto.
El local es muy bonito, y está situado perfecto para estar en el "meollo" sin sufrir el embotellamiento típico del turisteo.
Me encanta entrar y ver en sus mesas gente de todas nacionalidades mezcladas con nosotros, los "aborígenes"... es un poco el reflejo del alma de la ciudad: con una mirada en las tradiciones y la historia, pero sin perder ese rollo cosmopolita fruto de tantas influencias culturales.

No sé de dónde habéis sacado ese precio aproximado de 10€... Porque de 30€/persona es complicado bajar (a menos que no pidas ni vino, ni postre...)
Un local con una decoración esmerada, y bien ubicado (muy cerca de la zona de San Pelayo, detrás de la Praza de A Quintana, y con mucha marcha) y una cocina bastante satisfactoria.
Ni caro ni barato, ni sublime ni soso... Un local correcto a donde llevar a alguien con quien se quiere quedar bien sin gastarse un dineral.
Su postre "morir de chocolate" es un gancho seguro... Pero normalmente decepciona.

Hay pocos lugares donde yo haya tomado arroces tan buenos. Pero lo que más me gusta de A Curtidoría, restaurante al que voy con mucha frecuencia, es que no es una arrocería al uso, es un local precioso, en plena zona vieja pero fuera del jaleo turístico y donde se come de maravilla casi cualquier cosa: ensaladas, bonito, entrantes buenísimos... y sobre todo los postres.
Además tienen una carta especial para celiacos, que para los que tenemos amigos con este problema sabemos lo importante que es que los restaurantes se tomen la molestia de seguir los protocolos para que puedan comer fuera de