Encantador
A veces te topas con pequeños rincones que se convierten en una experiencia por sí solos. Los grandes resorts suelen tener bastantes restaurantes para que el viajero elija el que más se adapta a sus necesidades. Uno de mis favoritos es el Alpendre, en el Villa del Conde. Está situado bajo una especie de gruta artificial que está abierta a una de las piscinas del hotel, por lo que desde todas las mesas tienes una vista envidiable.
De entrantes pedimos papas arrugadas con mojo y una tabla de quesos canarios buenísimos (me encanta el queso curado mmm, ¡qué buenos quesos hay en Canarias!). De plato principal pedí una pizzeta de mozzarella, jamón serrano y rúcula que estaba deliciosa. Y aunque no tengo fotos, recomiendo también el sándwich de roastbeef y mostaza, servido en baguette y que es uno de los bocadillos más espectaculares que he probado en mi vida. ¡Qué hambre me entra con sólo pensarlo...! De postre una copa de batido de chocolate con nata que fue el colofón a una comida buenísima.