Eché en falta la kupela
Quise sorprender a unos amigos madrileños que me visitaron en Vitoria, y no se me ocurrió mejor idea que acabar el día cenando el típico menú de sidrería (paté, chorizo a la sidra, revuelto de bacalao y chuletón a la brasa).
Salvo que esperaba que la sidra estuviera en kupelas y tuvieras que levantarte a llenarte el vaso, el resto del menú estuvo delicioso. El precio, medio para este tipo de restaurantes, me sigue pareciendo caro.