Una experiencia diferente
Decidimos probar este restaurante atraidos por sus galardones y la verdad es que el entorno ya impresiona cuando te acercas. El complejo está dividido en dos edificios situados en un promontorio sobre la autopista y su arquitectura y decoración son espectaculares. Escogimos el menú "pret a porter" de 36 euros que sirven en el edificio inferior y la experiencia resultó satisfactoria. Probamos nuevas texturas y combinaciones como un huevo escalfado con muselina de boletus y otros platos que nos sorprendieron. Está bien conocerlo pero preferimos la cocina más "tradicional".